miércoles, 4 de julio de 2007

Poder

Leyendo “La política como profesión” el discurso a regañadientes de Weber, me ubico peligrosamente en todas las posibilidades de análisis. Pienso en Hannah Arendt relegada por su amante a una fría y oscura pieza, (la satírica elocuencia del poder)

1 comentario:

Anónimo dijo...

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