Es necesario conocer la extraña abstracción de los grandes hombres para luego, amar al árbol. Por eso en los imperativos casi geométricos, se esconde la razón. La razón esta en el mundo artificiando , parece palpar , pero siempre desdobla.
Necesitamos hacer del ¡oohhhh! Una oración. Palpando se es natural. Rousseau, Nietzsche y Thoreau, grandes irreflexivos naturalistas, aunque seguramente muy reñidos entre sí, aman el sentimiento. Fuerza tensión y Descanso.
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